La vida mentirosa de los adultos
Elena Ferrante
Lumen 2020
La incógnita identitaria de la autora, la intriga, el costumbrismo, las voces narrativas, lo femenino y la visión sociológica hacen que la obra novelística de esta autora sea un placer. Su última novela mantiene el tono que retrata la ciudad de Nápoles, esta vez, en los años noventa. La voz narrativa en cabeza de una niña que, durante la novela, dará el paso de la niñez a la adolescencia y se estrellará con la hipocresía, las mentiras y la realidad en la que viven los adultos que la rodean.
La novela se podría considerar una novela de formación, pero también es una fotografía costumbrista que expone varios aspectos sociales como la sexualidad, la religión, la diferencia de clases sociales, la intelectualidad y la mentira.
La vida mentirosa de los adultos
Narrada en primera persona, esta novela transcurre en Nápoles y nos permite acercarnos a la sociedad italiana de los años 90.
Protagonizada por una adolescente perteneciente a una familia económicamente acomodada, la novela refleja los conflictos y dudas que caracterizan esa etapa de la vida.
Una pulsera llena de significado, una mentira y la desintegración de su familia nuclear, desencadenan en la protagonista una constante lucha interior por encontrar su verdadera identidad, su origen, un lugar en donde sentirse aceptada tal como es y al que sienta que pertenece; el conflicto se agrava porque lo encuentra precisamente en un mundo por el cual sus padres siempre han mostrado desprecio.
La autora utiliza la pulsera para conducir al lector por un laberinto en el que la mentira, el amor, la traición, la educación, la belleza y la posición social se mezclan para llenar de intrigas y conflictos las relaciones humanas.
La autora escribe de manera magistral y transmite con fuerza, no solo el carácter de sus personajes, sino el de los lugares donde transcurren los hechos; sin embargo, la historia resulta lenta y repetitiva, no puede decirse que se la lectura resulte fluida ni amena. Lo anterior con el agravante de que la protagonista encarna conflictos que el común de la gente ha vivido y que no son agradables de abordar; la narración es tan cruda que el estado de ánimo del lector lector termina contagiado de la frustración y el desasosiego de un personaje que no logra despertar empatía.
El final de la novela parece un retazo añadido a último momento, desconectado por completo de la historia; si bien no se espera un final feliz, el que eligió la autora es francamente decepcionante.