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Historia de la literatura: plumas transgresoras

La jácara literaria Artículos publicados por Mónica Acebedo

Introducción

En esta Historia de la Literatura empezamos un nuevo capítulo con la intención de recopilar escritores y escritoras que a lo largo de la historia se han atrevido a romper patrones culturales y lo han hecho a través de sus plumas. Personas que directa o indirectamente han escrito y publicado en contra de los sistemas políticos, religiosos y sociales. Autores que deciden poner por escrito lo que pertenecía a la tradición oral; autoras que a pesar de ser mujeres y pertenecer a sistemas patriarcales, se atreven a escribir; hombres y mujeres que desafían el mandato religioso y escriben más allá de lo que deberían; gente que ha dibujado e interpretado el mundo sin importar el régimen prestablecido y cuyas obras han marcado un referente en la historia de la literatura.

Elsa Morante: entre el inconformismo y el compromiso social

El periódico español La Vanguardia calificó a la italiana Elsa Morante como “uno de los siete mayores escritores de Europa” (“Letras sobre letras, 1988, p. 29, citada por Mara Mennella en “La obra de Elsa Morante en la prensa española”, “Revista: estudios humanísticos”, 42). Su pluma fue transgresora en varios sentidos: en primer lugar, por una prosa en la que expresó de manera poética duras realidades, por la riqueza emocional de sus novelas, por su compromiso con las causas sociales, por su diatriba contra los extremismos políticos, por su crítica hacia el consumismo y la deshumanización, y por la forma como yuxtapuso la historia colectiva con su vida personal. De hecho, en una de sus obras, tal vez la más célebre y controversial, “La historia” (1974), Morante fundió “la grande y universal historia, en forma de crónica de los acontecimientos más relevantes del siglo XX, con la pequeña y particular historia de sus desamparados personajes de ficción, hasta construir dos relatos: la historia del poder y la historia de las víctimas del poder” (Prólogo de Juan Tallón de “La historia”, Elsa Morante, Lumen, 2018, p. 5).

E.M. Forster: la aceptación de la otredad

E.M. Forster: la aceptación de la otredad. El escritor inglés Edward Morgan Forster supo retratar con sutileza los problemas sociales de su país yuxtapuestos a una visión íntima del comportamiento humano. Sembró la semilla de lo que más adelante sería la aceptación de la diferencia; para Forster las personas tenían que superar las barreras de las convenciones sociales preestablecidas. Sus escritos sirvieron de puentes culturales gracias a sus viajes a India, Italia, Grecia y Egipto.

Federico García Lorca: poeta y dramaturgo comprometido con lo popular y social

Federico García Lorca fue un poeta nato que supo fusionar lo popular y lo culto; lo antiguo y lo nuevo; lo espontáneo y lo reflexivo; lo español y lo universal. Pero, además, sus versos transgredieron la usanza del momento al resucitar el romance tradicional y recrear la antigua poesía de cancionero y la lírica del juglar.

Sylvia Plath: dolor, alienación y feminismo

La pluma de Sylvia Plath es una de las más intensas, honestas, conmovedoras y transgresoras de la literatura anglosajona del siglo XX. Su escritura, que rompe con las convenciones literarias y sociales, refleja tanto su dolor y sufrimiento personal como su lucha radical contra las construcciones culturales patriarcales. Asimismo, su poesía innovadora enfrenta el tabú de las enfermedades mentales.

Bárbara Becker-Cantarino, en su artículo “Voces del segundo sexo”, explica que Plath es una de las herederas de esa necesidad de expresión del “yo” femenino: “[…] Plath intentó encontrar una salida al perpetuo delirio femenino: el idilio de la joven hermosa y perfecta como ama de casa, madre y escritora”.

Samuel Beckett: entre el pesimismo existencial y el humor negro

La de Samuel Beckett fue una de las plumas más transgresoras del siglo XX. Fue uno de los principales exponentes del experimentalismo literario y del teatro del absurdo. Su escritura se caracterizó por la austeridad formal y el minimalismo, ya que llevó al límite la reducción de aparatos narrativos o escénicos; también, por explorar las angustias del hombre moderno: la falta de comunicación, la búsqueda de significado de la existencia, el tedio y la precariedad de la condición humana. De la misma manera, se valió del humor negro y la tragicomedia para expresar las incongruencias de la sociedad y la pesadumbre de los individuos.

Pablo Neruda: entre lo social, lo cotidiano y lo universal

Pablo Neruda fue un poeta prolífico, un referente fundamental no solo de las letras latinoamericanas, sino de la poesía universal. Se desempeñó además como político y diplomático. Su pluma fue transgresora por sus posturas políticas y su compromiso social; por su desempeño controversial en algunos de sus cargos diplomáticos; por el estilo de sus versos; por su mensaje sencillo, realista y a la vez vanguardista; por sus cantos apasionados al amor y a la naturaleza.

Vera Caspary: la voz social de la novela negra

Vera Caspary fue una de las autoras elegidas por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares para la colección de novela negra “El séptimo círculo”. En efecto, la estadounidense merecía un lugar en esa maravillosa colección donde los escritores argentinos eligieron a los mejores autores que, por referencia a La comedia de Dante, deberían estar en el círculo de los asesinos. Su obra abarca no solo novela, sino también guiones de cine, teatro y cuentos. Pero su pluma no solo fue transgresora por insertarse en el canon americano de la novela negra y en el centro de la producción cinematográfica de Hollywood, sino porque supo yuxtaponer varias de las preocupaciones de género y sociedad en la estructura de su obra.

Marguerite Yourcenar: una voz universal

La belga Marguerite Antoinette Jeanne Marie Ghislaine Cleenewerck de Crayencour, más conocida como Marguerite Yourcenar, fue la primera mujer en ingresar a la Academia Francesa en 1980; una de las escritoras más importantes del siglo XX y un referente fundamental de la literatura francófona. Su obra —poesía, novela, relatos, ensayos y traducciones— se caracterizó por una mirada aguda y cuidadosa de la condición humana.

Grazia Deledda, la voz poética de la vida sarda

La italiana Grazia Deledda fue la segunda mujer en ganar el Premio Nobel de literatura, pero su pluma no fue transgresora únicamente por este hecho. También la certeza de que era necesario marginalizarse de una sociedad opresiva y juzgadora le permitió avanzar en sus letras y en su intelectualidad: después de sus primeras publicaciones, sus conciudadanos sardos la condenaron severamente por apartarse de los presupuestos católicos y sociales que debían regir el comportamiento femenino. Además de su vasta obra literaria, la escritora fue una observadora cuidadosa de la sociedad, de las costumbres, leyendas, mitos y, sobre todo, del papel de la mujer en su Cerdeña natal.

Robert Musil y su búsqueda intelectual

La pluma de Robert fue tan compleja como fascinante y transgresora. Desafió géneros y convenciones literarias preexistentes; su vida estuvo marcada por la búsqueda intelectual de la condición humana; autor de una de las obras más ambiciosas e influyentes de la modernidad: El hombre sin atributos, inacabada, publicada en dos volúmenes entre 1930 y 1943. Ignacio Echavarría utiliza las notas póstumas de Albert Camus en las que se refirió al tema de Musil como “la búsqueda de la salvación del espíritu en el mundo moderno”. Dice: “Se trata, sin embargo, de eso mismo, nada menos: del espíritu, sí, y de la modernidad, y de su salvación. Y de la búsqueda de esa salvación a través de la literatura. Una búsqueda en la que, pese a haber quedado inconclusa, El hombre sin atributos llegó hasta extremos jamás vislumbrados, y dejó señalado un rumbo que muy pocos se han atrevido a seguir, quizá por las exigencias que plantea, por la altura vertiginosa a la que discurre” (La literatura admirable, dir, Jordi Llovet, Pasado y Presente, 2018, p. 575).

Miguel Ángel Asturias: narrativa fundacional e identidad cultural

Con una pluma tan poética como combativa, Miguel Ángel Asturias rompió las fronteras entre lo mítico y lo político, entre lo real y lo maravilloso, para fundar una literatura enraizada en la identidad latinoamericana y comprometida con la denuncia social.

Las transgresiones de la pluma del guatemalteco Miguel Ángel Asturias fueron varias: la fusión en la literatura de la mitología indígena con las problemáticas sociales y políticas de la región; la utilización de un estilo vanguardista y moderno, que integró elementos surrealistas y la combinación de lo fantástico con lo político. Asimismo, estableció las bases de la novela de dictador en América Latina y se convirtió en un referente de las letras universales.

Jean Genet: marginalidad y literatura del absurdo

El francés Jean Genet fue escritor, dramaturgo, poeta y activista político. Su pluma encaja con exactitud milimétrica en la categoría de “pluma transgresora” porque su vida y obra estuvieron marcadas, precisamente, por la transgresión en muchos sentidos. En primer lugar, cuestionó con sus escritos los valores morales y éticos de la sociedad a través de una minuciosa exploración de la marginalidad social. Afirmó David Galloway: “El propósito que lo guía (a Genet en sus obras) es echar por tierra los valores burgueses y obligar a todo el mundo a aceptar la parte oscura de su yo, creando una ética de la drogadicción, el robo, la estafa, la homosexualidad y el homicidio, exactamente opuesta a la convencional (negadora de la vida y, por ende, absurda), que sus personajes tienen prohibida”. (“Historia de la literatura”, V6, Akal, 2004 p. 652). Segundo, fue uno de los representantes, junto con Franz Kafka, Samuel Beckett, Eugène Ionesco o el mismo Albert Camus, de la llamada “literatura del absurdo”, aquel movimiento literario, sobre todo expresado en el teatro, que propuso la falta de sentido de la existencia humana y la dificultad en la comunicación de las personas atrapadas en realidades incomprensibles. Tercero, su vida estuvo marcada por la marginalidad de la sociedad. De hecho, una de sus obras más relevantes, “Journal d’un voleur” (“Diario de un ladrón”, 1948), fue una biografía que escribió estando preso: “En este diario no quiero disimular las otras razones que me hicieron ladrón. La más simple fue la necesidad de comer. No obstante, en mi elección nunca intervinieron la rebeldía, la amargura o la ira”.

Aldous Huxley y las sociedades distópicas

Aldous Huxley fue, sin duda, una pluma transgresora que previó las nefastas consecuencias del totalitarismo, las guerras, la necesidad de los seres humanos de imponer su voluntad, rechazar la otredad y la ambición de poder que regía el comportamiento social, junto con el progreso y los riesgos de la ciencia. Afirmó el académico Eberhard Kreutzer: “Huxley nos advierte de los peligros que acechan a las sociedades industriales de masas y de concentración de poderes, pero nos advierte también sobre todo de la inconsciente aplicación de los conocimientos científicos” (Historia de la literatura, Akal, v. 6 p. 200).

Ezra Pound: vorticismo e imagismo

El poeta, ensayista, crítico literario, editor y traductor norteamericano Ezra Pound fue considerado un escritor transgresor y controversial en diversos sentidos: en primer lugar, fue pionero del llamado del “imagismo”, aquel movimiento en la poesía anglosajona de principios del siglo XX que procuraba la precisión de una imagen con un lenguaje claro y sencillo, sin adornos ni artificios: “Las caras en la multitud, pétalos de flores sobre un fondo negro”, por ejemplo, era un poema muy corto en el que predominaba la imagen y lograba evocar una sensación inmediata.

Lu Xun: padre de la literatura china moderna

En la historia de la literatura china, Lu Xun ocupó un lugar fundamental. Fue un escritor que desafió las convenciones seculares al escribir en el idioma del pueblo y adentrarse en las tendencias narrativas modernistas que ya se habían establecido en la literatura occidental, a partir de una mirada crítica y política, que logró yuxtaponer con el marxismo.

Agatha Christie: la reina de suspenso

Agatha Christie fue una de las primeras mujeres que escribió novelas de detectives a comienzos del siglo XX y ese solo hecho fue transgresor. Pero, además, su pluma fue disruptiva e innovadora por introducir narrativas confusas y giros insospechados; por incluir personajes femeninos de carácter fuerte y arrollador (la señora Marple, por ejemplo); por fusionar cuestiones morales y reflexiones sobre la naturaleza humana o la justicia, con la investigación del crimen, y por explorar temas sicológicos y sociológicos, verbigracia, los crímenes pasionales.

Colette: literatura, sexo y libertad

La francesa Sidone Garielle Colette, más conocida como Colette, transgredió numerosas construcciones sociales. En su momento, su prosa fue considerada denodada y revoltosa desde un punto de vista narrativo y lingüístico; sus temáticas exploraron temas modernos como la sexualidad femenina, la identidad y la emancipación de la mujer. Además, su vida personal rompió con los convencionalismos de su época. Digna representante de la belle époque, aquel importante momento histórico que transformó el arte, la literatura y la cultura en general, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX en Francia.

James Joyce: pionero del monólogo interior

En la publicación de nuestro especial “Historia de la literatura”, de la Jácara literaria (jueves 11 de agosto de 2022), ya nos habíamos referido al cuento “Los muertos”, del afamado escritor irlandés. Ahora me refiero a él específicamente porque considero que, además de ser parte del canon literario universal, James Joyce fue, sobre todo, un escritor transgresor por varias razones: fue el primero en utilizar la técnica narrativa del monólogo interior, a partir de la cual se adentró en los pensamientos y sentimientos íntimos de los personajes, hasta borrar la línea divisoria entre personaje y narrador; desafió las estructuras narratológicas tradicionales al presentar diferentes puntos de vista y perspectivas de varios personajes en una misma obra; se aventuró con temáticas imprudentes y temerarias para el momento histórico, como la sexualidad, la religión o la alienación de la sociedad; reinventó las disposiciones lingüísticas a partir de juegos de palabras y neologismos que exigieron al lector una inmersión profunda y presentó una ruptura con las formas tradicionales de contar historias con símbolos y elementos surrealistas modernos.

Selma Lagerlöf: entre lo fantástico y lo cotidiano

Selma Lagerlöf, esta escritora sueca fue la primera mujer en ganar el Premio Nobel de Literatura y ese hecho la convierte en una pluma transgresora, y también fue de las primeras en Suecia en luchar por los derechos al voto de las mujeres; fue la primera mujer en pertenecer a la Academia Sueca; impulsó numerosos movimientos feministas y, a comienzos del nazismo, ayudó a varios judíos en Alemania a llegar a Suecia, entre ellas la escritora Nelly Sachs, quien muchos años después también ganó el Nobel y en el discurso agradeció a Logerlöf por su ayuda.

Rudyard Kipling: entre las contradicciones del colonialismo

Rudyard Kipling, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1907, fue un escritor controversial. Su obra ha sido interpretada en diferentes sentidos: unos han asegurado que en sus escritos defendió las culturas de la India y criticó el colonialismo; otros, en cambio, han argumentado que su obra rezumó una defensa a favor del colonialismo.

Lo cierto es que fue una pluma transgresora y prolífica que dejó una huella en nuestro imaginario literario; son pocas las personas que no tienen en sus recuerdos juveniles El libro de la selva, la historia de Mowgli, el niño que fue criado por lobos en las selvas agrestes de la India.

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