Mi alma se la dejo al diablo
Germán Castro Caicedo
El libro fue publicado en 1982 por editorial Planeta y desde entonces se ha reeditado en varias ocasiones. Se trata de crónica periodística. Es decir, es una narración en prosa, a partir de una investigación que incluye entrevistas, sentencias, cuestionarios, grabaciones, un testamento y otro material documental y mediático. «Mi alma se la dejo al diablo» es la una frase de un diario encontrado en la selva amazónica. Benjamín Cubillos, abandonado en la selva amazónica redacta un testamento con la certeza de que morirá abandonado. Es una historia que, presumiblemente, ocurrió en los años setenta y en la medida en que es una recopilación de testimonios, su narración es emocionante, ya que son los mismo protagonistas los que se encargan de contar el drama ocurrido en la selva.
El periodista decide aproximarse a la verdad de unos hechos ocurridos y judicializados. En ese sentido, la crónica se presume verdadera y libre de juicios e interpretaciones. Sin embargo, el cronista sirve, en todo caso como mediador ya que la manera como expresa los hechos puede predisponer al lector o lectora. Por ejemplo, la forma como organiza los relatos y evidencias no son en orden cronológico. Presenta un orden subjetivo y eso hace que la historia se perciba de una u otra manera. La narración plantea temas como la selva y su contexto, el crimen, la explotación de indígenas, la angustia frente a la inminencia de la muerte, la mirada del extranjero, el aislamiento del gobierno central, la caza y el comportamiento del indígena y el blanco en sus relaciones.